miércoles

Tuve otro...


... antes de este, lástima que no lo recuerdo, pero tenía algo que ver con un cuy, me imagino que se debe a esa conversación que tuve con Quispe en la tarde. Supongo que ya aparecerá en el transcurso de estas inútiles palabras. Una casa elegante, unas escaleras algo curvas hechas de un material fino, noto algunas plantas en el pasillo, masetas. Por alguna razón bajo y todo es oscuridad en el primer piso, me quedo un rato en la penumbra, y alguien empieza a tocarme, entonces huyo de esas sombras, y ella me persiguen hasta que ya estoy de lleno otra vez en un lugar más iluminado, sigo andado, hay una habitación al final del pasillo, juguetes en el suelo, algunos niños habían estado jugando, pero ya no están, su padre un hombre bastante alto, los había traído consigo a gritones, yo voy recogiendo uno a uno los juguetes, no veo bien que juguetes eran, pero si veo con claridad, dos “colets” de niña por supuesto, los recojo, estaban al borde del balcón, como que a punto de caerse, no sé si los guarde, o que paso, pero de la habitación aparece un hombre igual de alto , delgado, al que yo consideraba mi padre, y se empieza a pelear con el otro, el que le grita a sus hijos, recién me di cuenta que los dos eran la misma persona, solo que con diferentes ropas, el que era mi padre usaba una chompa vieja que guardo en mi cajón y nunca uso. Al terminar el pleito, me acerco hacia la habitación de al frente, la del otro padre, y veo otra puerta abierta con cierta luz adentro, me asomo y noto que no hay ninguna escalera que te lleve hacia abajo, pero si hay un piso, entonces en mi mente aparece una foto vista desde la pantalla del celular de Atenas, es ella misma en ese lugar posando para la cámara al lado de esa puerta y parada no sé donde, vista desde adentro el lugar se veían como una cueva, ya no era exactamente una puerta, sino la boca de una cueva desde afuera habían bastante luz como si el sol estuviese afuera, como si de pronto ya no estaba en esa casa sino lejos en una playa y hubiésemos encontrado una cueva, y ella posaba sonriente.     

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