Bueno, bueno...

...  ya, listo, ya lo hiciste HDP, buscaste cualquier excusa para salir, fumaste tu cigarro, pensaste, ahora regresa, toma tu pastilla azul y dispara con este puto nuevo día.

La memoria...

... es para mí como la temerosa luz que alumbra un sórdido museo de la vergüenza.

Eso mismo...

... va puede que en realidad este sacando sus prácticas paranormales de una página web donde publican a medias un libro, y luego consiga entrar a la biblioteca nacional el mismo libro y poder leerlo de vez en cuando, pero entonces un día se anima e ingresa a alguna librería conocida porque vio el titulo desde la vitrina de afuera, y no quiso perder la oportunidad, entonces ingresa y lo roba porque es un libro que cuesta más de 100 soles. Al fin con el libro todo el tiempo a su alcance empieza con la otra mitad de la trama. Ella se obsesiona hasta el límite.

Ese ejemplar original...

... estaba ahí listo,  apto para mi, esa novela me encanta, cuando lo encontré en su bolsita a medio abrir lo que hice fue quitarlo por completo, siempre mirando por los techos haber si una cámara no me estaba filmando, busque la última página y arranqué el código de barras. Lo metí a la bolsa donde había comprado un polo, y caminé hacia las escaleras eléctricas, descendiendo, divisando la puerta de salida, el único lugar donde hay sensores anti robo, y miles de cosas pasaban por mi mente antes de llegar, cosas que me arrastraban hasta la niñez en que muchas veces me agarraron intentando robar un libro, pero ya no era niño, ¿Y si los sensores sonaban? Me jodía sin más ni menos. Decidí correr el riesgo, aunque casi confiado que no pasaría nada pues le había quitado lo  principal, ese código de barras plastificado. Sin titubear abrí la puerta y crucé por donde estaba el vigilante. Salí sin ningún problema, sonreí, casi doy un salto, paré el primer taxi e ingrese. Adentro revise mi libro, demonios, este libro me hubiese costado 60 soles, y lo conseguí totalmente gratis. Siempre tuve la idea de robarlo de la biblioteca nacional donde eventualmente lo leía, pero ahí es más difícil, el sistema de seguridad es más agudo. Con el libro en mis manos me invade la sensación de victoria, ahora ya tengo a mi alcance cualquiera de sus capítulos, podre continuar con los demás procedimientos, todo lo relacionado a las facultades parapsiquicas.

Las formas...

... cerradas y acabadas son más estables visualmente, lo que hace que tendamos a “cerrar” y a completar con la imaginación las formas percibidas buscando la mejor organización posible por otro lado, las formas abiertas o inconclusas provocan incomodidad y existe una tendencia a completar con la imaginación aquello que falta.

Inhalaría

... cocaína todo el tiempo, cada minuto, cada segundo, cada día, es tan deliciosa.  

...

Dos días seguidos cometiendo el terrible pecado de la gula.

Muy cierto...

... me pegué, el doctor Manuel dice que al adquirir esa clase de hábitos uno termina sustituyendo cualquier otro placer que antes consideraba como el máximo, por la sustancia. Y eso mismo, no me interesa nada, ni amigos, ni compañeros, ni familia, ni amores, ni amantes, ni caminar, ni películas, ni alimentos, ni duchas, ni sueño, todo lo que necesito es…

Esto es...

... Algo tranquilo, no me hace sentir cansado al amanecer, no me quedo dormido, después de una ducha helada un café, y esa tableta azul, queda olvidada cualquier cosa turbia que haya hecho anoche con mi enamorada, sin ella o con cualquier otra. Me hubiese gustado tener un poco más, es deliciosa, nada se compara con ella, pero es muy triste cuando ya no hay. Claro tuve problemas en mi hogar por llegar tarde, y al entrar a mi habitación me sumí en una desenfrenada exploración onástica  más allá de mis límites, esto creo que no está bien digamos tiene sus pro y sus contras. Pero como digo, ducha helada, café cargado, pastilla azul, problema olvidado.