Citaba lugares, nombres, describía siluetas, colores, cabellos, pupilas, comisuras, resplandores… arrancó el papel, pudo haberlo arrugado y lanzado a que se pierda entre las rocas y rodara hasta al fin  llegar a la pista antes del mar, pero prefirió conservarlo, no precisaba de donde provenía el pensamiento, alguien le había dicho que nunca deseche los escritos, que ellos podrían ser una fuerte ayuda cuando en algún momento le haga falta, una línea, una frase, una idea.

Escribiendo a partir de aquello que nos obsesiona y excita y está visceral, aunque a menudo misteriosamente integrado a nuestra vida, se escribe "mejor".

M. Vargas Llosa.

"Esa historia, ese personaje, esa situación, esa intriga me persiguió, obsesionó, como una exigencia de lo más intimo de mi personalidad, y debí escribirla para librarme de ella."

Marcel Proust.

Porque no hay una felicidad absoluta. Apenas se nos da en fugaces y frágiles momentos, y el arte es una manera de eternizar (querer eternizar) esos instantes de amor o de éxtasis; Porque todas nuestras esperanzas se convierten tarde o temprano en torpes realidades ; Porque todos somos frustrados de alguna manera, por ser la frustración el inevitable destino de todo ser que ha nacido para morir; y porque todos estamos solos o terminamos solos algún día.

Fragmento de Abaddón, el exterminador. Ernesto Sábato.

-no es picadillo. –Dijo Brigitte- Luego cerrando los parpados y hablando más lento… -Se llama concassé.

Alonso rió por dentro, la abrazó desde atrás rodeando su cintura, olfateando su delicado perfume, al cerrar los ojos la veía días atrás de noche cuando ya tenía que dejarla en su puerta, luego del apacible e interminable beso.

-¿Sabes cómo se llama mi nuevo perfume?

-¿Cómo?

-in love

Otro interminable y apacible, y otro, y uno más.

-¿Existirá alguna fragancia para hombres?

Apacible e interminable, apacible e interminable, apacible e interminable…

Por qué con tus encantamientos infernales, me has arrancado a la tranquilidad de mi primavera vida... El sol y la luna brillaban para mi sin artificio; me despertaba entre apacibles pensamientos, y al amanecer plegaba mis hojas para hacer mis oraciones. No veía nada de malo, pues no tenía ojos; no escuchaba nada de malo, pues no tenía oídos !Pero me vengaré!

Achim Von Arnim.