Luego que Aurora se retiró… cuantas veces vi ese mosaico que decora el centro del parque sabiendo que por algo lo miraba, pero convencido que sólo era por su arte, vi en sus colores, formas irregulares, algo que fastidia ver, pero que todavía te quedas viéndolo… vi… la vi, me vi… vi el orden de su caos, el del mío, el de muchos, con su particular forma de mantenerse tácito…
miércoles
viernes
Dulzón, negro, profundo, su aroma te transporta a un bosque remoto, una cucharada te estremece todo el cuerpo si está bien hecho, lo suficientemente cargado. Tómalo lento, suspirando, parpadeando. Después puedes leer algo, o escribir, o conversar, o alimentar a los peces, prender la radio, tocar el piano, mirar el horno, pinchar el pavo, pagarle a Teresa, gastar el saldo, teclear, bostezar…
sábado
jueves
Prendo la luz, quito el cubrecama, las sábanas,
no encuentro ni un solo insecto, pero todavía siguen
las hormigas recorriéndome, todo está tan desordenado,
mi pie queda desnudo y la brisa helada de la
madrugada entra por una hendidura y me congela,
proyecto tu imagen con los ojos abiertos en el vacío,
quiero hablarte, no me animo, son las tres,
no sería grato para ti despertarte, pero después recuerdo
que esa es la hora, ese es el instante perfecto para
pensarte con mucho más fuerza hasta lograr que me sueñes,
lo hago, pienso en todo, nuestras caminatas, nuestras nostalgias,
las anécdotas adolescentes, los accidentes,
las groserías, las mordidas, los arañones, las cosquillas…
he pensado mucho y logré dormir, entonces a las siete de la
mañana cuando me doy cuenta que es tarde y tengo
que bañarme, resulta que me has llamado
como tres veces y no te escuché = (
no encuentro ni un solo insecto, pero todavía siguen
las hormigas recorriéndome, todo está tan desordenado,
mi pie queda desnudo y la brisa helada de la
madrugada entra por una hendidura y me congela,
proyecto tu imagen con los ojos abiertos en el vacío,
quiero hablarte, no me animo, son las tres,
no sería grato para ti despertarte, pero después recuerdo
que esa es la hora, ese es el instante perfecto para
pensarte con mucho más fuerza hasta lograr que me sueñes,
lo hago, pienso en todo, nuestras caminatas, nuestras nostalgias,
las anécdotas adolescentes, los accidentes,
las groserías, las mordidas, los arañones, las cosquillas…
he pensado mucho y logré dormir, entonces a las siete de la
mañana cuando me doy cuenta que es tarde y tengo
que bañarme, resulta que me has llamado
como tres veces y no te escuché = (
martes
domingo
Nunca fueron amigos, ni lo serán, al diablo con todos, es suficiente, conversaciones estúpidas, momentos estúpidos, comentarios estúpidos, miradas ajenas, ridiculización, rutina absurda, no sirve, ya no me es grato. Ahora que recuerdo antes lo aguantaba, pero ya me doy cuenta que sólo estaba ahí porque me encontraba de alguna forma ligado a esos vanos instrumentos, aun tengo en mi mente ese metal azul de boca ancha abandonado en la basura y con él todo mi pasado, veo que volver incluso a andar por ahí, resulta ridículo. De todos modos, ya me da igual.
sábado
Caminamos sin conversar hasta que llegamos a la orilla del río Cali, y allí fue donde me besó por primera vez, y yo tuve que atajarlo para que no fuera tan rápido porque podía venir gente, ¿no? Cómo que rápido, si antes es que nos estamos demorando mucho, y diciendo eso me besaba en la nuca y este era el momento que había esperado y comencé a acariciarle el estómago como yo únicamente lo sé hacer. No sé cómo hizo, pero allí mismo me metió una zancadilla del tamaño de Cali, y fui a dar al suelo de lo más feo y ya lo tenía encima, y todo eso sin ver si venía gente. Pero yo no quise pensar en nada, pues todo iba muy bien y muy rico hasta que él metió la mano debajo de mi falda sin que yo pudiera evitarlo. Entonces quedó paralizado. Pero antes de que yo reaccionara me levantó agarrándome de los hombros y me arrancó la blusa y sacó los papeles y los algodones gritando que su vida era la vida más puta de todas las vidas, y dándome patadas en los testículos y en la cabeza hasta que se cansó. Cuando se fue, no sé si estaba llorando o se estaba riendo a carcajadas.
Besacalles, Andrés Caicedo.
Sin ganas de seguir escuchando, desenchufó el tocadiscos desde la cama; el disco siguió girando unas pocas vueltas, ya sin que ningún sonido brotara del parlante. No sabía por qué pero esa inercia estúpida lo había hecho pensar en los movimientos aparentemente inútiles de algunos insectos, de algunos niños. No podía dormir, fumaba mirando la ventana abierta, la bohardilla donde a veces un violinista con joroba estudiaba hasta muy tarde. No hacía calor, pero el cuerpo de la Maga le calentaba la pierna y el flanco derecho; se apartó poco a poco, pensó que la noche iba a ser larga.
Rayuela.
viernes
A veces insiste, se aparece de pronto a querer desordenar mi mundo, el cual hasta hace unos días empezó a adquirir una armonía que cada vez la siento esparcirse por dentro, y al fin logra mostrarse en mi piel, en mis ojos, mi sonrisa, mi peinado. Esta mañana se hizo presente una vez más, ofreciéndome sus entretenimientos faltos de sustancia, se lo dije, no volveré. Ésta de inmediato se río haciéndome entender que no lo creía, muy confiada que en cualquier momento me encontrare y sin darme cuenta llamándola, arrastrándome por una gota de su atención, y su trato único, brindándome su genuino escape a este presente. Pero ando tranquilo, abandone un caos para entregarme a otro con apariencia de orden, se muy bien que todo es caos, hasta el momento no me quejo, y mientras tanto continuare en los brazos de esta nueva mentira.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)