jueves

Prendo la luz, quito el cubrecama, las sábanas, 
no encuentro ni un solo insecto, pero todavía siguen 
las hormigas recorriéndome, todo está tan desordenado, 
mi pie queda desnudo y la brisa helada de la 
madrugada entra por una hendidura y me congela, 
proyecto tu imagen con los ojos abiertos en el vacío, 
quiero hablarte, no me animo, son las tres, 
no sería grato para ti despertarte, pero después recuerdo 
que esa es la hora, ese es el instante perfecto para 
pensarte con mucho más fuerza hasta lograr que me sueñes, 
lo hago, pienso en todo, nuestras caminatas, nuestras nostalgias, 
las anécdotas adolescentes, los accidentes, 
las groserías, las mordidas, los arañones, las cosquillas… 
he pensado mucho y logré dormir, entonces a las siete de la 
mañana cuando me doy cuenta que es tarde y tengo 
que bañarme, resulta que me has llamado 
como tres veces y no te escuché  = (

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