sábado

De nuevo se encontraba en esa difícil lucha por conciliar el sueño, sus parpados podían estar cerrados por varios minutos, pero las imágenes que su mente producía no lo dejaban en paz, visiones lejanas, entrecruzadas, con sonidos remotos e inestables, mejor era abrir los ojos, más seguro se sentía lejos de sus recuerdos, poniendo atención a su presente… su presente… aquel presente, ahí, tirado en ese mugriento sofá, en esa minúscula sala de luces apagadas, cuya dueña estaba en su habitación con la puerta cerrada, pero el rechinar de la cama y sus exagerados gemidos traspasaban las paredes y ahí en la sala tanto Miguel como los otros dos podían escuchar todo, pero no sentían ni pizca de excitación. Cada uno ya tuvo su oportunidad, ahora quien la estaba haciendo gritar era el Zack, dentro de poco terminarían y ya nadie sabría más que hacer, todos se hallarían en esa sala, insomnes, ojiabiertos, derrotados, mudos.

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